La persona que emergió del silencio

¿Alguna vez te has sentido harta de estar harta? Permíteme compartirte un poco sobre mi proceso de autoconocimiento, que considero un viaje continuo y sin fin.

Cuando comencé a autoconocerme formalmente, descubrí que encontrar momentos de silencio fue fundamental para permitir que mi verdadera esencia se manifestara. Aunque el silencio puede resultar difícil, ya que nos enfrenta directamente con nosotros mismos, también es poderoso. En esos momentos de quietud, somos capaces de reconocer nuestros bloqueos y sufrimientos, así como las partes de nosotros que ya no deseamos mantener.

Mi cuerpo me hablaba a través de la ansiedad y de los patrones repetitivos en mis relaciones y ciclos de vida. Fue entonces cuando comencé a cuestionarme qué aspectos de mí necesitaba dejar atrás para poder ser fiel a la persona que emergió en ese silencio, el lugar de donde todo proviene. Me encontraba en medio de contradicciones, luchando con la imagen que había creado mientras servía a mi escuela, trabajo, amigos, padres y sociedad. Esa imagen ya no se parecía en nada a la persona que estaba emergiendo en el silencio.

Necesité cultivar mi fortaleza porque al salir al mundo, donde hay mucho ruido, las expectativas externas volvían a surgir, presionándome para que volviera a encajar en el molde. Sin embargo, la voz de la persona auténtica que descubrí en el silencio se hacía cada vez más fuerte y reconfortante. Estaba cansada de la guerra interna, de suplicar por atención y de permitir que me moldearan para encajar en lugares donde sabía que no sería aceptada tal como soy.

Una vez que comencé a escucharme, ya no pude ignorar esa voz. Podía intentar ser desleal conmigo misma durante un tiempo, pero ya no funcionaría. Eventualmente, tuve que despojarme de las etiquetas que cargaba y reinventarme para ser la persona auténtica y genuina que sabía que podía ser. Me di cuenta de que la única comparación válida era con la versión más antigua, inocente e inexperta de mí misma. Si mi experiencia resuena contigo, te deseo sinceramente que busques y encuentres esos preciosos momentos de silencio. Es en esos momentos de calma donde tu verdadera esencia puede manifestarse sin obstáculos, liberándote de las etiquetas que solo actúan como cadenas, y así poder reinventarte y ser fiel a tu autenticidad.

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